Hace 9 meses cuando aún estábamos en España, una amiga nos dio este poema. A ella le había servido de apoyo cuando hizo su voluntariado europeo. Nos recomendó llevarlo encima y leerlo en los momentos más complicados. A nosotros nos ha servido de inspiración y nos recuerda que hay que disfrutar cada momento del camino. Ahora es nuestro turno de compartirlo con todos vosotros deseando que os sirva para vuestro propio viaje.
Ítaca
Si vas a emprender viaje hacia Ítaca,
pide que tu camino sea largo,
rico en experiencias, en conocimiento.
A Lestrígones y a Cíclopes o al airado
Poseidón nunca temas:
no hallarás tales seres en tu ruta
si alto es tu pensamiento y limpia la emoción
de tu espíritu y tu cuerpo.
A Lestrígones ni a Cíclopes, ni al fiero Poseidón
hallarás nunca
si no los llevas dentro de tu alma,
si no es tu alma quien los pone ante ti.
Pide que tu camino sea largo,
que numerosas sean las mañanas de verano
en que con placer felizmente arribes
a bahías nunca vistas.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Ítaca en la memoria.
Llegar allí es tu meta,
mas no apresures el viaje,
mejor que se extienda largos años,
y en tu vejez arribes a la isla
con cuanto hayas ganado en el camino,
sin esperar que Ítaca te enriquezca.
Ítaca te regaló un hermoso viaje,
sin ella el camino no hubieras emprendido,
mas ninguna otra cosa puede darte.
Aunque pobre la encuentres, no te engañaría Ítaca.
Rico en saber y en vida como has vuelto
comprenderás ya que significan la Ítacas.
Cavafis